la timidez es un tesoro tanto en los niños como en los adultos; es la sensibilidad para la distancia, el sentimiento de que uno no puede adelantarse a pretender saber cómo es el prójimo, lo que equivale a la consciencia de que se está ante una persona; sin ello, el conocerse es un brutal allanamiento de morada, que cosifica a la persona, por cuanto queda en realidad ignorada en su condición de tal.
Rafael Sánchez Ferlosio, "La hija de la guerra y la madre de la patria", Barcelona, Destino, 2002, pág. 74
1 comentario:
Me encantan los ensayos de Ferlosio; pero creo que en este caso se equivoca, ¿mo?
Una cosa es tomar distancia para respetar la condición de persona del otro, decisión que no significa necesariamente temor al otro; y, otra, tomar distancia a causa del temor a los otros.
Es verdad, los tímidos respetan más dicha distancia; pero no por convicción en que en eso consiste muchas veces el respeto al otro, sino por mero temor al otro. Es decir, se adhieren a una norma moral por incapacidad para contravenirla, no por la propia decisión de respetarla.
De todas formas, es una alegría ver que alguien conoce sus ensayos.
Mark
Publicar un comentario